miércoles, 23 de abril de 2014

Profesorado, cultura y postmodernidad (Cambian los tiempos, cambia el profesorado)

Autor: Hargreaves
Capítulo VIII 

Hargreaveas plantea cómo está cambiando la enseñanza, y las opciones y retos que se introducen al profesorado con la postmodernidad.
La educación del futuro requiere una reconceptualización radical de las escuelas secundarias, sus curricula y sus modelos de organización del trabajo de los docentes.
Este capítulo hace hincapié replantear la práctica educativa desde una perspectiva individualista, aislada, en soledad, la no aceptación, la falta de confianza de los docentes lleva a ser considerados herejes del sistema social y educativo.
A continuación se detallan las características del individualismo como una forma de la cultura de la enseñanza.
Las escuelas deben tener una misión o un sentido de misión. El desarrollo de un sentido de misión construye la lealtad, el compromiso y la confianza en una comunidad escolar. Cuánto más estricta y ferviente es la misión, mayor es y más se extiende la herejía. La herejía estará presente siempre que exista tensión entre el individuo y el grupo. Los sistemas educativos y quienes trabajan en ellos o en su nombre también tienen sus herejías.
Las herejías fundamentales o herejías de contenido, son aquellas que amenazan determinadas partes del sistema de creencias, ciertas doctrinas muy queridas por los fieles.
Las herejías genéricas o herejías de forma, atentan contra el fin fundamental de la misión misma y contra los principios en los que se basa, como por ejemplo el individualismo.
Las culturas de la enseñanza 
Las culturas de la enseñanza contribuyen a dar sentido, apoyo e identidad a los profesores y a su trabajo. Comprenden creencias, valores, hábitos y formas de hacer las cosas asumidas por las comunidades de profesores que tienen que afrontar exigencias y limitaciones similares en el transcurso de muchos años.
El individualismo, el aislamiento y el secretismo constituyen una forma particular de lo que se conoce como cultura de la enseñanza. Las culturas de la enseñanza tienen dos dimensiones importantes: contenido y forma. El contenido consiste en las actitudes, valores, creencias, hábitos, supuestos y formas de hacer las cosas fundamentales y compartidas en el seno de un determinado grupo de maestros o por la comunidad docente. Se puede ver el contenido de las culturas de los profesores en lo que éstos piensan, dicen y hacen.
La forma consiste en los modelos de relación y formas de asociación características entre los partícipes de esas culturas, se pone de manifiesto en el modo de articularse las relaciones entre los docentes y sus colegas. La forma puede cambiar con el tiempo. A través de las formas de las culturas de los profesores se realizan, reproducen y redefinen los contenidos de las distintas culturas.
Existen cuatro formas de cultura de los profesores. Una de ellas es el Individualismo.
El individualismo como déficit psicológico:
El culto al individualismo ha infectado profundamente la cultura ocupacional de los profesores quienes guardan celosamente su autonomía. No les gusta ser observados y, aún menos, que los evalúen porque temen la crítica que puede acompañar la evaluación. El individualismo se asocia con la falta de confianza en sí mismo, la defensividad y la ansiedad, con los fallos y fracasos de los profesores que en parte son naturales y en parte son el resultado de las incertidumbres de su trabajo. El aislamiento del aula permite a muchos profesores mantener un deseado nivel de intimidad, una protección frente a interferencias exteriores.
El individualismo, como una condición del lugar de trabajo:
Se considera que el individualismo del profesor se deriva del hecho físico del aislamiento, propio de la arquitectura tradicional de las escuelas y sus modelos de organización de aulas separadas.
Se distinguen tres perspectivas diferentes en el aislamiento del profesor: aislamiento como estado psicológico, aislamiento como condición ecológica (aislamiento físico) y aislamiento como estrategia alternativa para conservar los escasos recursos ocupacionales.
El aislamiento es una estrategia adaptativa porque evita las digresiones y distracciones que supone el trabajar con los colegas, para centrarse en la instrucción con los alumnos y para ellos.
Tres grandes determinantes del individualismo:
 • Individualismo restringido (condición ecológica) se produce cuando los profesores enseñan, planean y trabajan solos a causa de limitaciones administrativas u otras, que suponen un obstáculo o impedimento para hacerlo de otro modo. Algunas limitaciones son: escasez del espacio disponible para que los adultos puedan trabajar juntos, dificultades de establecer un horario en el que los profesores pudieran trabajar juntos, las clases formadas por alumnos de diversos niveles, etc.
 • Individualismo estratégico (estrategia adaptativa) se refiere a la forma utilizada por los profesores para construir y crear activamente pautas individualistas de trabajo como respuesta a las contingencias cotidianas de su ambiente laboral. La dedicación de los docentes a su trabajo, las crecientes presiones y expectativas externas respecto a la rendición de cuentas hacen que los maestros se centren en sus propias aulas.
• Individualismo electivo se refiere a la opción libre de trabajar solo, durante todo o parte del tiempo y, a veces, incluso, en circunstancias en las que existen oportunidades y estímulos para trabajar en colaboración con los compañeros. El individualismo electivo describe una forma preferida de estar y de trabajar y no una simple respuesta restringida o estratégica a las exigencias ocupacionales. Este último tipo de individualismo abarca:
             • Atención personal: las mayores satisfacciones que se obtienen en la enseñanza no están en los salarios, el prestigio ni los ascensos, sino en las recompensas psíquicas de la enseñanza, es decir, las alegrías y satisfacciones que se derivan de atender a los alumnos y de trabajar con ellos. Estas recompensas son fundamentales para el mantenimiento del sentido de valía y dignidad en su trabajo.
             • Individualidad: supone la independencia y la realización personal. Es decir, la capacidad para ejercitar el juicio discrecional e independiente. En varios sistemas escolares, la erradicación del individualismo se ha efectuado sin restricciones, de manera que la independencia, la imaginación y la iniciativa se han convertido en sus víctimas.
             • Soledad: La soledad es una fase temporal del trabajo, un retiro para profundizar en sus propios recursos personales, para reflexionar, retirarse y reagruparse. La soledad puede estimular la creatividad y la imaginación.

Una escuela que no pueda tolerar a profesores imaginativos que trabajen mejor solos que acompañados es un sistema carente de flexibilidad y pobre de espíritu.

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